Torino

En el fútbol existen leyendas que van más allá de lo creíble: la del 'Garabato' en Colombia, la de Makanaki en Ecuador... En Italia también.

Con el pasar de los años el apellido Meroni, del piloto de la nave en 1949, creó una nueva leyenda de mala suerte para el Torino. Lentine pasó a Milán, pero sucedió lo inesperado la noche del 2 de agosto de 1993: sufrió un grave accidente que lo dejó en coma tres días y su vigencia como estrella se apagó. Se comenta que Benjamín Garabato Urrea, uno de los fundadores del popular América de Cali en la época que el equipo participaba en el fútbol amateur y opuesto a que el club se convirtiera en profesional, sentenció que nunca sería campeón. Algunos otros casos se suman a la ‘mala suerte’ del Torino, como cuando decidió transferir a su máxima figura Gianni Lentine en 1992 al AC Milan con la oposición de la hinchada. Romero, un ejecutivo de la FIAT, 33 años después del accidente que terminó con la vida de su ídolo, llegó a la presidencia del Torino. Otra de las facilidades conseguidas por el presidente del club fue por tener vínculos con el fascismo. Al momento de dejar el club el africano habría sentenciado que si no le pagaba la deuda que tenía con él, no volvería a ser campeón. Breda lo calificó como el equipo de balompié con peor suerte en la historia, dichos que, viniendo de tan notable personaje, convencieron a muchos seguidores de que no era cuestión de casualidad. El denominado Gran Torino era el más increíble fenómeno futbolístico de la posguerra. Se puede considerar como el suceso más sentido en el fútbol de Italia la tragedia de Superga, sucedida en 1949. Una postura equivocada, porque la historia también tiene un importante espacio para los perdedores; los esfuerzos, el sacrificio y el sueño postergado son una manera de exaltar el mérito del triunfador. Con estas premisas, no existiría ninguna duda en afirmar que el éxito no es azar, aunque también muchos preguntan si existe la suerte en el deporte.