El periodismo puede resultarle incómodo a muchos, pero es esencial para la subsistencia de la democracia.
Pedirle a un medio que deje de fiscalizar a un gobernante equivale a pedirle que se convierta en su comparsa; esto es, que pierda su razón de ser. [Día del Periodista en el Perú](https://elcomercio.pe/archivo-elcomercio/grafico/efemerides-el-dia-del-periodista-se-celebra-en-recuerdo-de-la-publicacion-del-primer-diario-en-peru-periodismo-nnsp-noticia/) y la efeméride llega en un momento en el que la prensa se encuentra bajo asedio de un gobierno a niveles que no se veían desde la dictadura fujimorista. Una ley mordaza confeccionada cuidadosamente para evitar que los detalles de las pesquisas que el Ministerio Público viene liderando contra el mandatario, sus familiares y sus excolaboradores sean conocidas por la ciudadanía. Y hay que decir que no parece casualidad que esto se dé justamente cuando por primera vez el Ministerio Público le ha abierto [seis investigaciones](https://elcomercio.pe/politica/justicia/pedro-castillo-suma-ahora-seis-investigaciones-fiscales-abiertas-cinco-de-ellas-por-hechos-referidos-a-su-primer-ano-de-gobierno-yenifer-paredes-puente-tarata-ascensos-petroperu-mariano-gonzalez-noticia/) a un mandatario en funciones. Por supuesto, la ofensiva de este gobierno contra el periodismo no se expresa solo en las invectivas que suelen arrojar sus integrantes. Sin embargo, tenemos que repetir algo que ya hemos dicho anteriormente: en una democracia, la única relación posible entre la prensa y el poder es la de la crítica.