He estado recordando esos días ahora que la extrema derecha francesa ha vuelto a dar su opinión sobre fútbol, o a usar el fútbol para hablar de su idea racista ...
[Suscríbase aquí](https://plus.elpais.com/newsletters/lnp/1/427) a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país. En el equipo de Marruecos jugarán hombres que habrían podido, por azar o por voluntad, representar a Francia; al revés ocurre un poco lo mismo. Lo irónico del caso Zemmour, así como del de aquel Jean-Marie Le Pen que en 2006 se quejaba de que hubiera demasiados jugadores de color en la selección francesa, es que el equipo de hoy está construido en buena parte con los hijos o nietos de inmigrantes africanos: Mbappé y Tchouaméni, por poner sólo dos ejemplos, son descendientes de cameruneses. Como el fútbol es inevitablemente político, aunque eso tanto le choque a la gente de la FIFA, era imposible que no se señalara el trayecto que ha recorrido Marruecos. Pero esos varios minutos dedicados a escupir veneno en televisión fueron también la demostración elocuente de todo lo que pasará esta tarde en el campo de fútbol. Lo que más recuerdo es la sensación de sorpresa: sorpresa porque tanta gente estuviera hablando de lo mismo, y además con tanta pasión, como si lo ocurrido fuera una cuestión política.