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¡De la niñez al sol! Lo que América Latina está haciendo por su futuro

Enfrentamos el trabajo infantil y la transición energética en América Latina y el Caribe. ¿Te unes al cambio?

En la última década, América Latina se ha enfrentado a una crisis alarmante: el trabajo infantil. Según las estadísticas de la OIT y UNICEF, 160 millones de niños y adolescentes están involucrados en labores que les roban su infancia, sus sueños y su derecho a una vida digna. Sin embargo, la Iniciativa Regional América se está movilizando para hacer frente a esta realidad, sumando esfuerzos entre gobiernos, organizaciones y ciudadanos para reducir estas cifras y garantizar que los más jóvenes puedan disfrutar de una infancia libre de trabajo. Es hora de unir fuerzas para crear un futuro donde todos los niños puedan jugar, aprender y crecer sin preocupaciones.

Mientras tanto, la energía en nuestra región también está cambiando. América Latina está liderando la expansión de las energías renovables, con la energía solar y eólica avanzando a un ritmo acelerado. Sin embargo, a pesar de los avances, todavía enfrentamos el desafío de depender de combustibles fósiles. El futuro verde no es solo una opción; es una necesidad. Si queremos cumplir nuestras promesas de transición energética, debemos invertir en tecnología y políticas que impulsen este cambio. La buena noticia es que cada vez más países están apostando por fuentes limpias de energía, y con el apoyo de la ciudadanía, ¡podemos alcanzar metas más ambiciosas!

Además, la infraestructura es clave para el desarrollo económico en América Latina y el Caribe. Un reciente Boletín FAL ha analizado cómo la inversión en infraestructura eficiente puede mejorar los resultados en diversas áreas, facilitando no solo el crecimiento económico, sino también el cierre de brechas sociales. La calidad de las infraestructuras puede ser el motor de avances significativos, ya sea en transporte, educación o salud. Es un esfuerzo que todos debemos impulsar, ya que un cambio en la infraestructura se traduce en un cambio en la calidad de vida de millones de personas.

Por último, el impacto de los desastres naturales no puede subestimarse. Con la tecnología adecuada, es posible minimizar los daños de huracanes y otros fenómenos adversos. La implementación de sistemas de alerta temprana y de infraestructura resistente puede salvar vidas y proteger economías enteras. Por eso, es crucial que nuestros gobiernos prioricen la inversión en estas tecnologías que tienen un potencial transformador. Después de todo, ¡no podemos permitir que las adversidades nos detengan!

A nivel mundial, la región está trabajando para terminar con el trabajo infantil, y algunos países ya han logrado avances significativos en este ámbito, destacando la importancia de la educación y el apoyo a las familias. En cuanto a energías renovables, se estima que, si se invierte adecuadamente, América Latina podría generar hasta un 60% de su energía de fuentes limpias en los próximos años. Además, el desarrollo de tecnología para desastres naturales es vital, ya que se estima que, sin medidas de prevención, el impacto económico de estos eventos podría superar los 300 mil millones de dólares anualmente. ¡América Latina tiene el potencial de convertirse en un modelo a seguir!